Recuerdo perfecto , era uno de esos sábados
donde estas surfeando en internet y de repente te llama un documental que cuenta
la historia de una escritora totalmente desconocida que le gustaba el café con
leche, los gatos y los conflictos con otros escritores y ex maridos.
Durante los trece días de protesta los
últimos dos fueron los más fuertes, las calles de Quito ardían y
“concidencialmente” uno de ellos fue 12 de Octubre. Ese sábado el Ecuador retrocedía
427 años y reafirmábamos que el tiempo no es lineal. -Las mujeres resistían a
Ella-, aguantábamos las noches sin dormir, obligadas a permanecer alertas
cubriéndonos de las bombas que podían llegar a los puntos de paz. Velando a los
guaguas en nuestras espaldas.
En el 2015 tenía que sumergirme en el
realismo mágico para una obra de teatro y cuando preguntaba a unos amigos sobre
referencias uno de ellos me recomendó a -Elena Garró-, recordé que era la escritora
del documental que había visto años atrás. Busqué en el Fondo de Cultura
Económica sus libros y obviamente no los tenían. Se quedó entre mis lecturas
pendientes. Una parada antes de llegar a la sala de teatro Mandrágora leía en
la pared “VIOLENTO ES EL SISTEMA”. En la sala de espera sonaba la primera
llamada mientras hojeaba una revista del 2016 donde en las primeras páginas
estaba toda su biografía por sus 100 años, junto a su historia estaba un cuento
que me dejó sin palabras “El Anillo”.
En la noche todas nos llamábamos y nos acompañábamos desde México hasta Bolivia. A las 12:00 pm Ella buscaba “dialogo”, un dialogo que parecía hasta ese momento desigual y sin garantías de que lo que se negocie sea justo. Pero Ella se olvidaba de algo, que en televisión nacional difícilmente podría darle hablando a ninguno de sus peones y que con trece muertos a cuestas y todo un país gritándole que deje su cargo poco podía hacer.
Caminando por Donceles encontré “Los
Recuerdos del Porvenir”, este pertenecía a una colección de libros escritos por
mujeres mexicanas. De todos los que compré en ese viaje ese fue el último que
leí, al llegar a la segunda parte necesariamente tenía que parar, cada letra
era como un agujero negro en mi cerebro, era abril del 2020 y la pandemia en mi
país dejaba imágenes desgarradoras que se permeaba con el caos de Ixtepec, todo
esto acrecentaban mi angustia y ansiedad pandémica y apocalíptica.
***
Ella, que años atrás se cuestionaba la
violencia ejercida en las calles por el poder de turno ahora se dejaba llevar
del brazo y se reía junto a los overoles grises y verdes. Ella, que cuestionaba
el rol de la mujer sumisa, adorno y obediente, ahora se la veía feliz condecorando
a generales. Se le olvidó los ideales de la democracia e igualdad. Se le
olvidó la pregunta que gritaba con su antigua voz de pajarito “¿Quién jodió al
país?”, se le olvidó la violencia estructural dentro de nuestros primeros
territorios de defensa.
Julia podría ser cualquiera, podría ser Elena, podría ser Andrea, podría ser MARÍA, podría ser PAULA . Podría ser cualquier mujer compleja, cualquier mujer oprimida, cualquier mujer sin tiempo, cualquier mujer en busca de la historia robada, cualquier mujer invisibilizada, cualquier mujer colonizada, Julia mujer VIOLenta y VIOLentada.
Sabe que hay dos formas de poder, uno se sustenta en la fuerza competitiva patriarcal y otro en el amor y las pequeñas trincheras del cotidiano. Buscar dentro de esto un puesto donde anidar, donde sacar al sol las propias dudas y las pocas certezas. Le parecía imposible. Para Ella en la última década la asfixia patriarcal falocentrica era el pan de todas las sabatinas, así que buscaba cualquier espacio que le permitiera reafirmarse e incomodar.
Julia pensaba que nada podría modificar el porvenir, ningún sacrificio valdría la pena porque la memoria estaba condenada a repetirse, que los demás personajes de Ixtepec únicamente volvían a interpretar los mismos papeles o patrones, talvez por eso no le importó ver morir a sus hermanos, amigos, familia y al pueblo entero. Ella era solo una reina más de todo ese maldito ajedrez ridículo que se repite y se repite.
A pesar de los trece muertos de octubre y los miles en la pandemia ella esta aun el cargo, mostrando muecas y simbolismos de represión. Lejos y petrificada quedó su dulce sonrisa nerviosa, ahora detrás de la ventana ve como todo un país estupefacto espera de ella alguna respuesta mínimamente decente. Y ni ella ni nadie se da cuenta que es solo la piedra que terminó rodando desde la virgen hasta el abismo y la única constancia que nos queda de ella es lo que encontró la vieja curandera.
“Soy
María R., nacida de José R. y Ana Castellanos, en el pueblo de Vilcabamba el 6
de abril de 1963. En piedra me convertí el 13 de octubre del 2019 delante de
los ojos espantados de Gregoria Buendia, cause la desdicha de mis padres y la
muerte de mis HERMANOS. Cuando venía a pedirle a la virgen que me curara del
amor que tengo por el general que mató a mis HERMANOS, me arrepentí y preferí
el amor del hombre que me perdió y perdió a mi familia. Aquí estaré con mi AMOR
a SOLAS como el recuerdo del porvenir por los siglos de los siglos”.