domingo, 30 de mayo de 2010

Joaquín Sabina cruza la equinoccial




Los recuerdos pueden desvanecerse rápido. Sin embargo, horas después del concierto mis neuronas no pueden olvidar los versos del poeta. Y es que para quien solo utiliza el lenguaje como herramienta diaria para contar historias de aventuras, es difícil buscar palabras para hablar de quien se sirve de la lengua para hacer arte y cantarle al amor.
Amor entendido seguramente no como idea trascendente ni mística. Es el amor simple que te hace vencer la lógica. No es el amor que da esperanza, es el que crea conflictos existenciales y te lleva por el camino de la fatalidad.
La idea pesimista que dice la Marycarmen debería cambiar. Esto mientras nos sentábamos en la Naranjilla Mecánica un poco pasada la medianoche del sábado para despedir el concierto junto a la Doris y el Wilfrido.
No pensé que llegaría a suceder. Poder gritar más que corear las canciones de Sabina junto a los amigos. Pero si. Aunque para ello haya que hacer cola desde la cinco de la tarde pues cuando se tienen entradas para las gradas generales del General Rumiñahui hay que despertarse temprano si se quiere una buena ubicación.
Y como el recalcó el maestro: "sin necesidad de Paris con aguacero pero una vez más....en el Pichincha sin ".

lunes, 24 de mayo de 2010

Intento a los Illinizas y al Pasochoa

Este domingo decido continuar probando la todo-terreno. No salí temprano, a las 11:45 voy dejando el Sur de Quito. Después de pasar Machachi tomo el desvío a Chaupi que está justo antes del puente Jambelí. Hay pavimento hasta la pequeña parroquia. Los letreros que indicaban el camino hacia la reserva ecológica de los Illinizas se terminaron. En su lugar hay una restaurante y un oficina de información. Los Illinizas se ven fantasmagóricos. El Illiniza Sur casi ya no tiene su glaciar ¿calentamiento global?. No hace sol y cae una lluvia ocasional que me invita a no detenerme y seguir avanzando sin preguntar. Equivoqué la ruta y doy media vuelta. Ahora, por el camino correcto, debo cruzar una arroyo pedregoso con una salida muy empinada. Puesto que dudo de mi capacidad de gobernar la moto en esta circunstancia la aventura termina ahí. Nuevamente giro en redondo y me dirijo a al panamericana, al restaurante Illinizas Santa Cruz. Pido un plato de borrego asado. Está excelente con choclos, habas, queso, mellocos, papas y ensalada.
Voy de vuelta a Quito y me desvío en dirección a Amaguaña para ver si puedo llegar al Pasochoa. Hay un letrero que señala la entrada y dice 5 km. El pavimento se termina pronto y da lugar al camino empedrado. Definitivamente no es mi superficie favorita. Además hay tantos desvíos y como siempre ninguna señalización. Al final termino en una toma de agua de la empresa potabilizadora.
Regreso por Tambillo hasta Quitumbe. Son las 16:30. Es suficiento por hoy.

Fuera del asfalto: Nono y Puerto Quito

Sábado 22 de mayo

Ciertas características todo terreno de la Tornado estaban siendo sub-utilizadas. Así que decidí probar la moto fuera de la ruta pavimentada.
Salí de mi casa a las 10:50. Me tomó como siempre 30 minutos cruzar la ciudad hasta el norte. No encontré de inmediato el desvío a Nono. Finalmente a las 11:30 salí de la Mariscal Sucre a la altura del Condado. Siempre había oído hablar de esta ruta. Subí por los barrios nuevos de Quito. En letrero decía: desvío a la Pisulí y a la Roldós. Vinieron a mi mente conflictos de tierra e invasiones en los años ochenta, escuadrones de ultra-derecha, peleas y muerte entre los quiteños recién llegados a esta ciudad.
Además me decepcionó que el el asfalto se termine rápidamente. Decidí continuar y me di cuenta que el camino a Nono incluye: pavimento, piedras, tierra, lastre, por tramos. De todas maneras la ruta está en buen estado y empieza a descender hacia el noroccidente del volcán Pichincha.
A las 12:10 llego a Nono. Es un valle escondido al otro lado de Quito. La ciudad termina abruptamente y le devuelve el espacio a la naturaleza, al campo, a una iglesia y una plaza perfectamente conservadas. Es un clima templado. Me detengo a comer: choclos, habas, queso, mellocos. Hay un punto de información turística. Pregunto cuanto tiempo puedo tardar en llegar a Mindo y por el estado de la carretera.
Me decido finalmente tomar la ruta que indica a Tandayapa. Salgo a las 12:45. Resulta toda un reserve ecológica que sigue al orillas de un río donde se ha evitado la presencia humana. Voy bajando hasta climas cada vez más calientes. Me encuentro con ciclistas y uno que otro auto. Es toda una nueva experiencia con la moto. Por suerte no hay exceso de lodo ni de piedras por lo que la bajada no es demasiado cansada como temía.
13:50 llego a Tandayapa. Es ya el subtrópico. Aquí decido abandonar la ruta ecológica y regresar a la carretera principal que está a 10 minutos.
Ahora no se que hacer. Estoy de nuevo sobre el asfalto, salí de Tandayapa a las 14:00 y no para de rodar. A las 15:45 llego a Puerto Quito. Aprovecho para comer unos camarones a la Caoni. Pregunto por una hostería que me parece agradable pero no tiene espacio.
Tomo el camino de regreso a las 16:15 y a las 17:40 estoy en Pedro Vicente Maldonado. Veo un hotel en la carretera y encuentro una habitación. Se terminó este día.

Domingo 23 de mayo

Dormí hasta tarde y salí de Pedro Vicente Maldonado a las11:15. Sigo sin tener claro donde voy a continuar. Pasé por San Miguel de los Bancos y al ver el desvío a Mindo decido entrar. Hay mucha gente y un ambiente festivo. Lastimosamente al fin me doy cuenta de que estoy en una fase esquizoide y voy a evitar el contacto humano. Es medio día.
Decido entonces volver directamente a Quito. Llego a eso de las 4 de la tarde.