El restaurante de la universidad ya esta cerrado. Debemos entonces comer en la peque~na cafeteria del laboratorio. Cada uno se arregla como puede. Yo compre una ensalada de salmon con una cola y un pan por 5.5 euros.
Comimos con tres compas venezolanos. Conversamos sobre la historia comun de nuestros pueblos. Les conte de mi trabajo en Chillogallo al lado del caballito que recuerda los paseos que hacia el Mariscal Sucre para visitar a la Marquesa de Solanda.
Me contaron de la arepas socialistas con las cual Chavez alimenta al pueblo venezolano. Me regalaron un brownie como postre que me lo comi con un cafe salido de la maquina del laboratorio.
La comida no es hora para entrar en conflictos politicos. Ellos no estan muy contentos con su revolucion bolivariana. Les conte por que Chavez es imprescindible para que Rafael Correa continue con su revolucion ciudadana.
Les mostre los dolares que utilizamos como moneda y nos reimos porque aqui los savoisiens decoran sus autos con una calcomania que dice: In tartiflette we trust. La tartiflette es otra de las delicias que se encuentra por aca. Junto con los diots y les saucisons d'âne.
Yo me he alejado por el momento de las contradicciones de mi pais. Pero no se me han quitado las ganas de volver. Queda tanto por construir.
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