No se que es lo que me mantiene vivo dentro de un mundo en el cual me siento siempre un extraño.
He perdido, si alguna vez la tuve, la capacidad de formar parte de una sociedad. El malestar sólo se manifiesta como un dolor profundo en el diafragma y me impide inclusive respirar. No se si podré resistir un día más así. El problema más grave es que ya no se lo que pueda sacarme de este estado.
Quizá sólo sea un estado premonitorio a un cambio profundo, pero a estas alturas del camino, creo que este cambio sólo se puede llamar muerte.
Supongo que es mi instinto animal lo que me mantiene vivo pero no se hasta cuando. Creo que lo que me falta es afecto pero no se como conseguirlo. Seguramente es lo que se llama estar vivo, ser parte de un sistema termodinámico abierto en equilibrio inestable.
El imaginario humano, los sueños, son mi único reposo.
Aunque parezca contradictorio, no me siento triste ni deprimido, eso sería demasiado fácil, pues sólo bastaría conocer el motivo de las tristeza para eliminarlo y restaurar el estado de felicidad.
No. Estoy más allá de los contrarios, vale decir de lo dual, es el juego de la dialéctica que se manifiesta en mí. Con demasiada intensidad claro está. Estoy preparado para el resultado final, pero algo me dice que no he concluído con mi misión en el mundo de las contradicciones. Esto implica por supuesto un sentido y una finalidad, una causa, un principio, un …....al que espero retornar algún día.
Otra cosa, se que no estaré solo en el salto.
Para resistir mientras tanto, sólo queda el polarizarse hacia un costado y creo que en mi caso es hacia el lado izquierdo.
He hecho lo que el ego me ha permitido, el resto está en manos del no ego, de los otros, del mundo, del Universo.
Nota. Encontre este escrito en uno de mis cuadernos de mi anterior estancia en los Alpes. Casi han pasado diez años. Las imagenes tambien son de la epoca.
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